No existe un registro fiable de asesinatos cometidos sobre personas trans, no existe porque el mismo sistema que las excluye negándoles una documentación digna, una vida digna, el reconocimiento de sus derechos fundamentales, es el encargado de recoger los datos de sus muertes. No existe, en ningún punto del planeta, un sistema que reconozca, proteja y asista verdaderamente, a las personas transexuales. Aún así, las cifras que se barajan de 300 personas asesinadas en el mundo en el último año, punta del iceberg transfóbico, son escalofriantes, descorazonadoras.
En las escuelas se sigue adoctrinando desde el cisexismo, se continúa negando la existencia de la diversidad, marcando cómo se debe ser y que personas quedan, quedamos, fuera. Qué personas son dignas de respeto y consideración y cuáles deben ser señaladas con el dedo, empujadas, humilladas. Acosadas.
El dolor de cada persona trans no reconocida, no respetada, agredida, asesinada es, hoy y cada día, nuestro dolor.
Nos avergonzamos del este sistema que oprime, oculta y asesina.
La lucha trans es, también, nuestra lucha y no lo es solamente por nuestras hijas, hijos e hijes trans, lo es porque es de justicia, lo es porque respetando cada identidad crearemos un mundo que merezca la pena ser transitado. Hoy nos unimos en el duelo por las que ya no están y mañana seguiremos luchando para hacer desaparecer la barbarie.
* En los recuentos oficiales no aparece la muerte de las cuatro personas trans que desde noviembre del año pasado han muerto en España por causas no naturales.
