Desde que empezó a hablar, dijo que era una niña

FUENTE: Cadena Ser

Teresa, la abuela de Elsa, cuenta como el director y el jefe de estudios de su colegio en Reinosa rechazaban llamarle por su nombre femenino y que fuese vestida de niña

Teresa cuenta la historia de su nieta transgénero.

Su abuela Teresa lo cuenta con una naturalidad fantástica. Narra cómo su nieta, prácticamente cuando comenzó a pronunciar sus primeras palabras, ya empezaba a expresar a su familia que no se sentía niño. «Nos decía que era una niña. La familia, al principio, no nos lo tomábamos en serio. Cuando fue a más, comenzamos a fijarnos en sus comportamientos y ahí asumimos que su identidad era femenina», explica Teresa en La Ventana de Cantabria.

Hubo, dice su abuela, un momento que significó el punto de inflexión definitivo. Cuando Elsa cumplió los cuatro años, se derrumbó ante su familia: «Llorando, nos dijo que ya no sabía qué identidad tenía. Decía que era una niña pero que la gente le corregía para explicarle que no, que era un niño. Estaba confundida y muy triste,».

Cuando la familia acudió a la pediatra y les derivó a la Asociación Chrysallis, la Asociación de Familias de Menores Transexuales, dice Teresa que vieron la luz: «Fue un alivio, nos ayudaron mucho. Comenzamos a vestirla con ropa femenina los fines de semana y Elsa era más feliz que nunca». 

Tras comprobar que el método repercutía y funcionaba positivamente en el estado de ánimo de la niña, la vestimenta femenina comenzó a ser diaria. «Iba al colegio vestida de niña. Sus compañeros siempre la integraron muy bien. El problema venía desde la jefatura de estudios y dirección. Se negaban a llamarle por su nombre y rechazaban que fuese vestida como una niña, como lo que se sentía», detalla su abuela, que asegura que fue su propia nieta quien les insistía que no era Samuel, que era Elsa y les rogaba que por favor, la trataran como tal.

No fue así y Teresa acudió a la inspección educativa para denunciar el agravio que sufría su nieta. «La consejería me solucionó un problema que nunca llegamos a comprender. Parecía que la dirección no quería ‘desprestigiar al colegio«.

«Nos hacen mucho daño»

Teresa se pronuncia indignada con las campañas de colectivos como Hazte Oír. «Todo es ignorancia y prepotencia. Se sienten por encima de los demás. Si hubieran visto, como yo vi a mi nieta con dos años, que nos repetía que era una niña y que vistiéndola como tal era feliz, seguramente que no iban a pronunciarse así», insiste la abuela de Elsa, que pide a la asociación ultracatólica «que se informen y tengan más humildad».