El AMPA de un colegio de Cádiz recauda fondos para ayudar a los niños transexuales

Este curso hay una alumna nueva en el CEIP Juan Armario, de Alcalá de los Gazules (Cádiz). Se trata de una pequeña niña transexual de cinco años que, después de dos años acudiendo a clase como niño, este curso lo ha iniciado como niña. La familia de esta alumna de tercero de infantil ha recibido el apoyo del centro desde el primer momento. La dirección y el resto del equipo docente ha demostrado ser muy sensible siempre a la diversidad, incluyendo habitualmente actividades que facilitaran la asimilación por parte del alumnado del auténtico significado de la palabra igualdad. Este centro está reconocido por la Consejería de Educación de Andalucía como Centro Promotor de la Convivencia +, y desde el curso 2010/11 pertenece a la Red Andaluza de «Escuelas: Espacios de Paz». Es por esto que no es de extrañar que este año hayan decidido incluir la diversidad sexogenérica entre sus actividades de formación al alumnado, para facilitar la normalización en el proceso de transición de esta pequeña alumna.

Del mismo modo, las madres y los padres de los alumnos han acompañado siempre esta labor, organizando desde el AMPA cada año actividades que sirvieran de apoyo a los diferentes colectivos minoritarios a los que pertenecen algunos de los niños que acuden al centro. Por este motivo este año han decidido organizar una feria que se celebra el sábado 30 de noviembre, para recaudar fondos que entregarán a la Asociación Estatal de Familias de Menores Transexuales (CHRYSALLIS). No puede existir mejor muestra de apoyo, empatía, solidaridad e integración hacia esa pequeña alumna, compañera de sus hijos.

Como contrapartida, tenemos al Colegio Virgen del Carmen – San Patricio, de Málaga, perteneciente a la Fundación Diocesana de Enseñanza Santa María de la Victoria. Este colegio nunca permitió que la información sobre identidad sexual y diversidad sexogenérica llegara a los alumnos ni a sus padres. Al contrario, los prejuicios más reaccionarios provenientes de la desinformación que envuelve a todos los tabúes, hizo mella en algunas de las familias más conservadoras de los compañeros de Gabi, la pequeña de 6 años que sigue soportando que se la trate en masculino en el colegio, además de sufrir la marginación de tener que utilizar el baño de discapacitados en lugar del que utilizan el resto de niñas. Estos padres organizaron una batida para recoger firmas que impidieran a la Delegación de Educación que obligara al colegio a tratar a la niña en femenino. Al final recolectaron cien firmas, lo que supone unas cincuenta familias de las ochocientas que tienen hijos en el colegio. Como no consiguieron nada con ello, han organizado desde el AMPA una reunión urgente extraordinaria con el falso mensaje de que por culpa de esta niña transexual y su madre les van a cerrar el centro, para que el grueso de las familias apoye su discriminatoria causa. No les importa utilizar cualquier falacia para conseguir que la niña transexual tenga que abandonar el colegio humillada.

«No hay mejor ejemplo que las acciones tan opuestas de estos dos colegios y sus AMPAS para demostrar que la paz, la convivencia y la igualdad son posibles desde cualquier lugar si hay voluntad por integrar e informarse, y esa voluntad surge de amar al prójimo tanto como a uno mismo», dice Eva Witt, presidenta de Chrysallis, Asociación Estatal de Familias de Menores Transexuales, que agradece de corazón el esfuerzo que desde el AMPA del Colegio Juan Armario están realizando para ayudar a los niños transexuales. Las familias de Chrysallis se comprometen a utilizar esa donación para la impresión de un cuento donado por el Gran Ovidio Acopán a la asociación, así como su distribución a centros escolares con menores transexuales y bibliotecas infantiles cercanas.