La historia de Ariel, mi princesa

Nació un día 15 de Octubre  de 2008, un parto normal, rápido y todo perfecto; me dijeron: “es un varón” y yo dije: “muy bien, ya tengo 3”. Conforme iba creciendo empezó a mostrar interés por vestirse con ropa de niña y sólo quería barbis.  Hasta ahí bien, yo nunca le he negado a ninguno de mis hijos que jueguen con muñecas o a cualquier otra cosa. Pero llegó un momento en que era muy continuado, era todo los días y ya lloraba porque quería ponerse solo vestidos, hasta que un día con tan solo un año y medio me dijo: “Mamá yo ¿por qué tengo esto si soy una niña?”. Entonces saltaron todas mis alarmas y pensé “aquí esta pasando algo”.

Yo la dejaba que hiciera lo que le apetecía, llegaba de la guardería y se quitaba la ropa y automáticamente antes de comer cogía la ropa que tenía de niña y se vestía, también cogía una camiseta se la metía por la cabeza y se la echaba hacia atrás, como si fuera su pelo largo.

Hasta que llegó el día en el que ya no quería ir al colegio, porque sabía que tenía que ir vestida de niño, no quería salir al parque… y siempre llorando y un día llorando me dijo: “Mamá, yo no quiero tener esto, me la voy a cortar, no lo quiero, voy a coger una tijera y me la voy a arrancar. Por favor, llévame al médico para que me quite esto”.

Me asuste muchísimo y fui a ver a su pediatra porque no sabía a quién acudir. El pediatra me mandó a “salud mental” del Hospital Universitario de Puerto Real, allí me atendieron muy bien, pero nos dejaron peor. La psicóloga me dijo que en mi casa podía ser lo que quisiera pero que fuera tenia que ir vestida de niño y tenía que llamarse Uriel, le pidió un dibujo donde tenia que retratarse, le dibujó una niña con el pelo super largo y su nombre Ariel, la psicóloga me dijo que eso no era de importancia, que se le pasaría. Así que yo le hice caso, no estaba muy convencida con lo que me había dicho, pero claro, ella es la profesional.

Un día para ir al parque no quería, solo lloraba y lloraba, la senté en una silla y la miré fijamente y le dije: “Tú no eres una niña, eres un niño y te tienes que vestir de niño”. Se me partió el corazón, y empezó a decirme: “Eres mala. Tú sabes lo que yo soy, yo no soy un niño. Mala, mala”. Esas palabras no se irán jamás de mi mente. Al final no fuimos, nos quedamos en casa.

Yo no estaba convencida de  lo que me había dicho la psicóloga, así que fui empapándome en Internet de todo. Todas las noches me ponía en el ordenador a buscar información, ahí descubrí que mi hija era una niña transexual, cuando vi el vídeo de Eva Witt hablando de su hijo transexual, fue como ver a la virgen, fue mi salvación. Pero no me atrevía a llamarla no sé porqué, quizás por miedo. No dormía apenas, pensando en lo mal que lo podía estar pasando mi hija. Un día me armé de valor y la llamé, estuve hablando con Eva largo y tendido, me aclaró todas mis dudas y cuando los niños regresaron a casa la cogí y le dije: “¿Tú quieres salir vestida de niña a la calle?”, y ella me contestó: “Sí, mamá, por favor”, y yo le dije: “Tú tranquila, que no te va a pasar nada. Tu padre y yo estamos aquí contigo y no vamos a permitir que nadie te haga daño”. Ella me contestó: ‘‘Pues vamos al chino y me compras todo lo que me hace falta”, y nos echamos a reír. Nos fuimos de compras, se compró de todo, conjuntos de faldas, trajes, pasadas, horquillas, manoletinas etc…

Desde ese día tiene otra cara, parece otra persona, es feliz, se levanta todos los días contenta.

En el colegio no hemos tenido ningún problema, nos ofrecieron todo su apoyo y todo el mundo igual, la familia, amigos… todo nuestro entorno.

Desde aquí os digo a las familias que veáis en vuestros hij@s algunas conductas parecidas, que os informéis, que no pasa nada, hay que darles todo el apoyo posible, lo pasan verdaderamente fatal.

Nosotros somos ahora una familia feliz.  Haced lo que haga falta por el bienestar de estos niñ@s.

 GRACIAS A CHRYSALLIS Y A TODAS LAS FAMILIAS QUE LA FORMAN