No soy una princesa; soy un superhéroe

Con tres años le dijo a su madre que «no quería ser una princesa; soy un superhéroe». Nunca quiso una muñeca para jugar, le gustaba el fútbol, rechazaba la ropa femenina y el pelo bien corto. Unos avisos que se hicieron reales cuando este verano le confesó a su madre que se sentía un chico. «Dos años antes se vestía de forma masculina y se cortó el pelo como un chico», recuerda Silvia, el nombre ficticio de la madre de un adolescente transexual de 14 años, que este verano hizo el tránsito y se muestra ante los ojos de los demás con su género sentido y adopta todo lo necesario para vivir de acuerdo su masculinidad. Resultado de imagen de periodico de ibiza logoHan sido años complicados para la familia que no comprendía ese afán de masculinización de su hijo al que llamaremos como Pedro: «Me preguntaba porqué no podía llevar el pelo corto y no podía ser un chico, pensaba que se le pasaría», recuerda. Su hijo era infeliz y estaba irascible en casa hasta que este verano se lo confesó. «Nos fuimos a cenar y me dijo que quería ser un chico. Yo no tenía ni idea de como podía ser, pero él ha sido el que ha ayudado. No es un capricho, ni una enfermedad, ni una desviación sino que es un chico que ha nacido con vagina», dice Silvia, que se muestra orgullosa de la madurez con la que su hijo ha afrontado el cambio.

El primer día de clase de este curso se presentó ante el resto de sus compañeros como un chico. La respuesta de la clase fue muy positiva e incluso le aplaudieron. «Temblaba pensando en cómo iban a reaccionar sus compañeros», recuerda. La madre habló antes con el centro para explicarles la situación. «Les conté que tenían un alumno nuevo, que se llama Pedro, que tiene todos los derechos a que se le reconozca por su género sentido, que le dejen utilizar el baño de chicos y no me pusieron ningún problema». En la familia también encontró respaldo. «Ha sido increíble. Mi padre me ayudó a contarlo al resto en un evento familiar. Estaba muy bloqueada, entendía a mi hijo pero no sabía por donde tirar», relata.

Fuente:  | Eivissa |