¿Alguien se ha dado cuenta de que se trata de una niña pequeña? Me refiero a la víctima de discriminación, a la que hace referencia hoy el diario Sur. Parece que ese hecho se anula por ser transexual. Porque su cerebro de niña le dice que es una niña y alguien la sexó mal al nacer, ha perdido los derechos al libre desarrollo, a la intimidad y a la educación.
¿Dónde está el sentido de la ética y la moral? En el artículo se hace hincapié en explicar que nació chico, cuando hay estudios suficientes que explican el hecho como parte de la diversidad humana, es una chica con pene, pero nació chica. ¿Tan importante es la genitalidad de los menores? Ese empecinamiento tiene un toque de perversión.
Es doloroso que un juez tenga que lamentar en su sentencia que, un hecho inmoral, no esté recogido explícitamente en un código, pero más doloroso es ver cómo se anteponen las vanidades y miserias de algunos poderosos sobre el bienestar de una niña. Es evidente que una niña transexual, como cualquier otra niña, tiene derecho a vestir con uniforme femenino. Y así lo reconoce expresamente la Ley 2/2014, de 8 de julio, integral para la no discriminación por motivos de identidad de género y reconocimiento de los derechos de las personas transexuales de Andalucía.
Es lamentable que los padres de los niños transexuales tengamos que ejercer una labor formativa y de protección, que compete a nuestros gobiernos y administraciones públicas.
Por si alguien lo duda, somos familias orgullosas de nuestros hijos e hijas, y de su coraje cotidiano para enfrentar ese mundo hostil que prefiere esconderlos que aceptarlos. Vamos a continuar peleando hasta que sean respetados como niños y niñas con derechos plenos.
Natalia Aventín
Presidenta de Chrysallis
Asociación de Familias de Menores Transexuales