Vuelta al «cole»

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Para algunas personas septiembre tiene olor a nuevos retos,  a goma de borrar de nata y a libros por estrenar. Septiembre se les presentará como el mes en el que decidir si vuelven a pagar la matrícula del gimnasio o lo abandonan definitivamente para perseguir su sueño y aprender a tocar la guitarra. Si se apuntan a esa academia de inglés, de la que hacen tanta publicidad, o si mejor siguen con las clases particulares dos tardes por semana.

Sin duda, septiembre viene marcado por una línea imaginaria de cierre de algunas etapas y comienzo  de otras nuevas y eso está bien, le da ritmo al año, hace más llevadero dejar atrás las vacaciones,  el calor y la sensación de libertad estival, sustituyéndolos por un horizonte de nuevos retos y aventuras, dónde todo está por estrenar.

Pero septiembre tiene más caras y algunas de ellas son las de las niñas, niños,niñes y adolescentes trans que terminaron el curso siendo socializadxs con un sexo con el que no se sentían identificadxs y se enfrentan al nuevo año lectivo viviéndose plenamente. Estas caras, que tienen nombre,  en muchas ocasiones han vivido su «primer verano», su primer traje de baño elegido, sus primeras fotos de esta nueva etapa que comienza,  con casi la misma cantidad de nervios que de ilusión y ahora,  ahora llega septiembre.

Sus familias ultiman todos los detalles para facilitar esos primeros días de incertidumbre escolar ofreciendo la documentación,  materiales,  formaciones,  tlfs de contacto, listas de colegios e institutos con experiencias similares, que las administraciones deberían facilitar a los centros escolares, pero no importa,  mientras se generan las leyes y protocolos,  mientras se consigue la formación plena de las y los profesionales de la educación,  mientras se lucha por que la transexualidad aparezca en los libros de texto,  las niñas, niños,niñes y adolescentes deben seguir sus vidas,  y ahí están sus familias poniendo solución.

En unos días pasarán estos primeros nervios, para algunxs, los emotivos recibimientos de antiguxs compañerxs de clase, para otrxs, llegar a un centro nuevo donde nadie sepa y no tener que dar explicaciones. Por desgracia,  también volverán viejos infiernos para aquellxs que no son acompañadxs,  que no tienen quien «les vea», quien les escuche. Por ellas, ellos, elles, este escrito, por ellxs nuestra vuelta a los coles,  a los protocolos y a las luchas. Por ellxs toda la sociedad debe abrir los ojos y la mente y lograr que septiembre sea el mes de decidir solamente nuestra particular manera de ser felices y diversxs.